La globalización ha obligado a las legislaciones nacionales a adaptarse a un entorno cada vez más interconectado. Este fenómeno ha impulsado la creación de estándares internacionales y la armonización de normativas que facilitan el comercio y protegen derechos fundamentales.
La convergencia de diferentes sistemas legales ha generado debates sobre la soberanía y la uniformidad de las leyes, presentando tanto oportunidades como desafíos. La digitalización y la tecnología han jugado un papel crucial, permitiendo la colaboración entre países y la implementación de soluciones innovadoras.
A pesar de los beneficios, la globalización también presenta retos en la protección de derechos laborales y en garantizar la equidad en el acceso a la justicia. Este artículo analiza las implicaciones de la globalización en el derecho, destacando la importancia de adaptarse a un entorno legal en constante evolución.